Esto va más allá de nuestra paz submarina, y no dije que te extraño porque realmente ya no creo hacerlo.
Es simplemente ese dejo de tristeza que se cuela cada tanto cuándo algo nuevo me ocurre, y recuerdo que ya no estás para que te lo cuente.
Pero muchacho he superado mi obsesión y sé que puedo vivir sin llamarte, sin necesitarte enferma y frenéticamente, y me he dado cuenta de que lo
que ahora realmente queda es el majestuoso y maldito cariño
sincero que te tenía.
Ese es el dejo de tristeza que arremete contra mí cuándo respiro tu ausencia: El NO necesitarte desesperadamente, PERO SI quererte cerca de mi vida aunque sea para hablar de esas putas trivialidades qué compartíamos todos los días.
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