Flotaban orgasmos bajo el sol ~

Evocar a los recuerdos suele ser tarea sencilla, volver a repasar sobre aquello que ya vivimos y actualmente dejamos atrás, resulta simple y ameno. Todo parece suceder naturalmente.

Pero cuándo los recuerdos caen cómo hermosas cataratas brillantes en medio de un paisaje desolador, tienden a transformarse en pesadillas.

O peor, en sueños imposibles. Sueños de lo que ya no es y uno implora que regrese, recurrentes, que aparecen sin previo aviso y te destrozan el alma.

Vivo mirando para atrás y me cuesta proyectar hacia el futuro.

Soy producto de mis propios miedos, de mis propias elucubraciones misteriosas. Me encierro y pido por favor, y cada tanto salgo a tomar aire, pero siento los olores de otras épocas que me inundan de recuerdos y necesito esconderme en mi guarida otra vez.

No puedo ir hacia delante, construir un mañana, cuándo quiero un presente constituido por lo que ya pasó. Me cuesta querer algo diferente, soltar lo que ya no es y no va volver a ser nunca.

Porque intento convencerme todos los días de que eso fue ayer, y hoy ya es otra cosa.