Quemo las etapas de un mundo al que se le acaba el sol, y la inspiración ya no llueve por todos los recovecos de su cuerpo. Si algo había intentado matarla, no dejo de hacerlo, prefiere ignorarlo que andar discutiendo. Mañana definirá el miedo y notara, que aunque lo creía muerto, siempre está ahí... latiendo, latiendo y latiendo. |