Tenía que arrancar aunque llevara una vida de mierda.
Se sentó en la cama y suspiró.
Tanteo la mesa de luz, se prendió el primer cigarrillo del día
y al fin miro al extraño al lado de ella.
"¿Así que ahora me acuesto con idiotas que se babean?"
Asumamos esta puta realidad: todos nosotros estamos muertos
y a nadie le importa un carajo.